domingo, 6 de septiembre de 2009

CAUSAS Y CONSECUENCIAS DEL DETERIORO DE LA CAPA DE OZONO (II)

Hoy los gases CFC intervienen como agentes propulsores de distintas substancias químicas envasadas en pulverizadores de aerosol ("sprays").
Asimismo, también se usan en la fabricación de equipos de refrigeración, aire acondicionado (especialmente de automóviles), limpieza de materiales de la industria electrónica, espumas plásticas, etc.
Los CFC son compuestos muy estables, no son inflamables ni tóxicos. Así, su estabilidad les da una larga vida en la atmósfera, lo que permite su transporte hacia la parte superior, en la estratosfera, donde permanecen.
Rowland y Molina concluyeron que los CFC se concentraban en determinados niveles, alterando el equilibrio del sistema 03 - 02.
Al entrar en la zona fotoquímica, los CFC serían desintegrados por la acción de los rayos UV, que cortan los enlaces químicos de sus componentes. De este modo se liberaban átomos de Cloro (Cl), los que considerados "ozonófagos", inmediatamente buscarían una molécula de ozono.
Se desencadenaba entonces la siguiente ecuación tipo:

Cl + 03 ––––––––––––> Cl 0 + 02

En palabras: el cloro reacciona con el ozono resultando monóxido de cloro y oxígeno común.
Luego seguía la segunda:

Cl 0 + 02 ––––––––––––> Cl + O2

Es decir, el monóxido de Cloro vuelve a reaccionar con el oxígeno, resultando cloro libre y oxígeno. El cloro libre continúa con la primera reacción en forma encadenada.
Los científicos de la Universidad de California habían dado la primera voz de alarma sobre la destructiva acción de los CFC sobre el 03.
Asimismo habían indicado que los CFC en la atmósfera no eran eliminados por las lluvias ni se disolvían en el mar por su relativa insolubilidad en agua.
Posteriormente, debido a la carencia de pruebas (cifras y estadísticas de medición de la cantidad de 03 en la atmósfera) que confirmaran la hipótesis de Rowland y Molina, los fabricantes de CFC en Estados Unidos continuaron su producción en gran escala.
La disminución del 03 comenzó a ser detectada en la Antártica en 1977 por científicos de la British Antarctic Survey. Pero la duda sobre la certeza de las mediciones siguió, hasta que se logró comprobar en 1985, que la radiación UV perjudicial del Sol había aumentado 10 veces y que la Capa de Ozono sobre la Antártica había disminuido en 40%.
Esto fue confirmado ese mismo año (1985) cuando investigadores de la NASA comprobaron el deterioro de la Capa de Ozono gracias a instrumentos instalados en el satélite Nimbus 7.
Así, consignaron que el sector dañado cubría una zona subcircular, donde se presentaba la delgadez máxima del 03 sobre la Antártica.
A partir de entonces se comenzó a hablar del "agujero" en la Capa de Ozono, lo que en realidad es una gravísima disminución del espesor del escudo protector de 03.

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